El Rosario de Combate, tiene sus orígenes en prácticas religiosas y militares. Está especialmente asociado a la tradición de caballeros y soldados que buscaban la protección divina antes y durante la batalla en la Edad Media, época en la que las cruzadas y las guerras religiosas eran habituales. Los caballeros y soldados llevaban rosarios no sólo como símbolo de fe, sino también como medio de oración y meditación para obtener la protección divina. Estos rosarios solían ser bendecidos por sacerdotes antes de la batalla.

En el mundo contemporáneo es utilizado por personas de todas las profesiones y condiciones sociales como una poderosa herramienta de oración para afrontar los retos de la vida, acompañándolo de oraciones específicas, como la oración de San Miguel Arcángel.

Simboliza la lucha entre el bien y el mal, y el papel de la oración como arma espiritual. Para muchos creyentes, representa la fe inquebrantable y la confianza en la protección divina ante la adversidad. Llevar este rosario es un recordatorio constante de la presencia de Dios y del poder de la oración en la vida cotidiana y en tiempos de crisis.

La Cruz del Perdón simboliza el perdón de Dios a través de Jesucristo, con inscripciones que recuerdan sus últimas palabras y su amor. Es un sacramental que se utiliza para la reflexión espiritual, la sanación emocional y la reconciliación, y otorga indulgencias a quienes lo usan o besan con devoción, previa bendición sacerdotal.